Perfil docente desde el personaje de ficción Mary Poppins

La cultura visual se entiende en términos de imágenes (fijas o en movimiento) a través de las cuales que genera una representación de la realidad, desde el ámbito de la ficción, pero que influye en quienes la consumen. De ahí se extrae la relevancia que tiene absorber activamente dichos productos audiovisuales; percibiendo sus discursos y generando una interpretación crítica respecto a estos.

De hecho, a través del cine y de los programas televisivos se difunden mensajes de diversa índole, los cuales tienen incidencia en los colectivos sociales. Por ejemplo, a través de dichos productos se transfieren ideales educativos que influyen en quienes se dedican a la docencia. Algunos ejemplos de renovación pedagógica y de Escuela Nueva materializados a través de largometrajes son: El club de los poetas muertos, La lengua de las mariposas, Diarios de la Calle, etc.

A través de dichos filmes se transmiten unos posicionamientos educativos renovadores los cuales son materializados por medio de quienes ejercen el rol docente. Respecto a este/a profesional, Paulo Freire, como pedagogo comprometido con la liberación de quienes están en represión por quienes les oprimen, propone en su obra, Cartas a quien pretende enseñar, un listado de atributos de los que quienes educan deben disponer. Estos son: humildad, amor, valentía, tolerancia, capacidad de decisión, equilibrio entre la paciencia e impaciencia, parsimonia verbal, alegría y espontaneidad.

Todas la cualidades especificadas son analizadas a través de un personaje de ficción, Mary Poppins (Figura1) cuyo nombre titula el largometraje que protagoniza. Esta es una niñera londinense de principios del s. XX quien trata de educar a una pareja de hermanos (Jane y Michael) a través de propuestas renovadoras, las cuales parten de los intereses de quienes son menores; convirtiendo por tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje en un devenir mágico. Educadores contemporáneos como Mar Romera o Francesco Tonucci dejan constancia de dichas ideas en sus discursos pedagógicos.

Figura 1. De izquierda a derecha: Mary Poppins (Disney y Walsh, 1964), Los Simpsons (Groening, 1989-2022) y El regreso de Mary Poppins (De Luca, Marshall y Platt, 2018)

Humildad. Mary Poppins es un personaje a quien no se concibe con humildad, sobre todo debido a las aportaciones como los calificativos que utiliza para definirse “perfectamente perfecta”. No obstante, en la última escena de la película se refleja la humildad como educadora al alejarse de la familia Banks tras haber conseguida que sus relaciones fraternales mejoren, también sus hábitos de comportamiento y afectividad. De esta manera, se desprende de protagonismo para otorgárselo a quienes realmente protagonizan el proceso educativo, Janes y Michael.

Amor. El sentimiento del amor se materializa a través de los cuidados que Mary destina hacia los 2 menores que tiene a su cargo: arropándolos en la cama, facilitándoles medicinas cuando se encuentran enfermos, etc. Como aspecto significativo, también se advierte la “amorosidad” y cuidado que desprende hacia los animales; animando así a crear una conciencia ecológica entre la comunidad docente.

Valentía. A través de este personaje se empodera a la mujer, ya que se le otorga una valentía de la que estas tienden a carecer debido a estereotipos heteronormativos. Por ejemplo, ella encabeza la expedición por los tejados y chimeneas de la ciudad (pese a ser su amigo Bert el deshollinador y conocedor por tanto de dichos espacios); protagonizando una tarea estereotipada socialmente y condicionada al género masculino.

Tolerante. La tolerancia debe estar presente en la tarea docente, tanto con respecto a la diversidad como en relación a las actuaciones encabezadas por el alumnado. Por ello, Mary trata de entender las acciones de quienes están a su cargo, en lugar de culpabilizarles y asignarles responsabilidades que se corresponden con la etapa adulta.

Capacidad de decisión. Todo docente debe ser capaz de tomar decisiones que beneficien a su colectivo infantil, aunque estas rompan con lo establecido y/o esperado en el proceso. Por ejemplo, Mary Poppins decide obviar las tareas domésticas diarias (compra de alimentos) para llevar a Jane y Michael a casa de tío Albert y enseñarles así la relevancia que tiene ayudar a quienes están necesitados.

Equilibrio entre la paciencia y la impaciencia. Esta cuidadora infantil tiene como objetivo conseguir una mejora a nivel de desarrollo integral en quienes son menores. No obstante, no trata de acelerar el proceso ni los ritmos de cada menor. Por ello, es un ejemplo a seguir del equilibrio entre la paciencia y la impaciencia. Así consigue resultados óptimos del proceso de formación.

Parsimonia verbal. Mary Poppins se caracteriza por la capacidad verbal que presenta. De hecho, a través de esta convence al Sr. Banks de ser ella la niñera a quienes están buscando (pese a no corresponderse con los ideales que tiene asumido el padre de familia). También le convence de la idoneidad de llevar a sus descendientes a su puesto de trabajo para empoderarse como referente.

Alegría. Esta emoción se materializa en el personaje a través de los procedimientos que desarrolla. De hecho, se caracteriza por otorgar felicidad a tareas rutinarias que carecen de esta, como por ejemplo la recogida de los juguetes en la habitación. También recurre a la musicalidad para acompañar las obligaciones; partiendo así de los posicionamientos y metodologías musicales para contribuir al desarrollo integral de quienes pertenecen a la infancia.

Espontaneidad. Esta es una característica indispensable en todo/a docente, ya que se precisa de profesionales capaces de improvisar (partiendo de la programación establecida) para mejorar el proceso educativo de quienes son discentes. Así se materializa en Mary Poppins cuando aprovecha las oportunidades presentadas para favorecer aprendizajes en Michael y Jane. Por ejemplo, se introducen en las pinturas de Bert, hacen una expedición por las chimeneas de la ciudad, etc.

Con todo, se destaca la idoneidad de seguir el pensamiento de Freire para establecer unas características indispensables para quienes ejercen el rol docente. No obstante, estos no deben ser considerados como principios cerrados, sino como una base teórica a través de las cual ser complementados con otros, intercambiados, modificados, etc. Así se contribuye a un mayor perfeccionamiento de la identidad docente.

Vicente Monleón Oliva

Miembro de CREARI, Facultad de Magisteri

Universitat de València.

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